A propósito de sentimientos

Desde que descubrí el mundo de la blogosfera todos los días me hago una excursión por unos cuantos blogs y según voy observando la gran mayoría están planteados con un mismo denominador común: Manifestación de Sentimientos.
Los hay que destilan odio por los cuatro costados, casi asusta el verlos aunque sepamos que lo virtual no causa daño, o eso creemos.
Otros son pura envidia y se ocupan de descalificar a todo aquel que tiene cierto éxito, para ello no escatiman en insultos, calumnias y todo tipo de argumentaciones.
Otros son pura sensualidad y erotismo que ensalzan la belleza del cuerpo humano con preciosas fotografías.
Otros hacen un desnudo integral del alma, aflorando en ellos el amor, la pasión, la ternura y la calidez del autor a través de hermosas poesías y relatos o minirelatos salidos directamente del corazón.
Otros son pura amabilidad y ayudan a los inexpertos blogueros (como yo) a que vayan construyendo lo mejor posible su web, aportando para ello su saber y generosidad.

En la vida cotidiana somos luchadores intrépidos dispuestos a alcanzar nuestras metas y cuanto más competitivos seamos mejores resultados obtenemos ante la sociedad.
Jefaturas y puestos relevantes vienen de la mano de nuestro aplomo e ímpetu para conseguirlos, a veces utilizando métodos avasalladores y mezquinos porque creemos que esa es la ley de la supervivencia.
Cuántas veces hemos oído que el mundo es de los fuertes, sin tener en cuenta los méritos de capacitación.
Sin embargo no somos de piedra aunque nos empeñemos en constatar nuestra dureza ante compañeros de trabajo y gentes de nuestro entorno.
Estamos hechos de pura sensibilidad sólo hay que rascar un poquito en cada uno de nosotros y ahí estamos, para bien o para mal, llenos de sentimientos humanos, unos buenos otros menos buenos. Así somos los humanos o así lo creo yo.

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